Es un tema frecuente hablar de la idea que sostiene un negocio, del proyecto u objetivos por el que lo comenzaste, pero lo cierto es que no se presta tantísima atención a la ubicación de dicho negocio, y este es un factor que no debería pasar desapercibido.
Cuando comencé a estudiar localizaciones para Initia Business Center, el complejo de oficinas ÁTICA de Pozuelo de Alarcón se me antojó una muy buena idea. Es indudable que el prestigio y ubicación de dicho complejo empresarial es inmejorable, pero además tenía en mente el objetivo de hacer felices a mis clientes. En este caso, solo se trataba de plantearles un lugar de fácil acceso y tranquilo, donde dejar atrás el estrés de la capital y centrarse en lo importante: su negocio.
En aquel entonces la periferia que rodea la Autovía del Noroeste ya comenzaba a experimentar un gran desarrollo de Parques Empresariales. Además estaba a escasos kilómetros del centro de Madrid y su comunicación se me antojaba excelente: los accesos a través del norte y oeste de por la A6 o M-40 no dejaban atrás a la M-503 (en la que ya desembocaba ya M-500 Ctra. de Castilla) y la M-502.
Esta idea se afianzó aún más cuando me fije en la Avenida de Europa de Pozuelo de Alarcón: un municipio de increíble dinamismo, con perspectivas de fuerte crecimiento y donde los negocios comenzaban a instalarse y prosperar. Pronto me imagine como sería instalar ahí el centro de negocios y no tardé mucho más en decidirme.
En fin, suele decirse que el amor a primera vista no puede existir, que la intensidad del sentimiento no permite asimilar el proceso de mirar, conocer y juzgar. Sin embargo, en el caso de Initia Business Center y el centro Ática en Pozuelo fue puro flechazo, y hasta hoy producen una simbiosis que me sigue pareciendo sencillamente perfecta.