Si bien es cierto que la franqueza puede ser una cualidad muy admirada en las relaciones personales, en el ambiente laboral hay que andarse con cuidado. Hablar de más puede marcar la diferencia entre ir escalando posiciones en la jerarquía empresarial, o acabar engrosando la lista del paro. Y aunque seas de esas personas que va con la verdad por delante y con el pretexto de ‘yo soy así’, debes andarte con cuidado. Por mucho afterwork que hagas con tu jefe, sigue siendo tu superior y, por tanto, quien reparte las cartas.
Por tanto, honesto sí, pero con ciertos matices. O por lo menos esta es la conclusión a la que llegan en ‘Business Insider’. Aquí han decidido recoger las 24 frases que jamás deberías decirle a tu superior, a no ser que lo que estés buscando es un despido. Si es que ya lo decían los antiguos proverbios: “no abras la boca si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio”.
Frases a evitar al hablar con tu jefe
Si bien es cierto que la idea no es hacer voto de silencio, lo importante es tener cuidado con la forma en que se dicen las cosas. Analizar los pequeños detalles y el contenido y continente de tus palabras cuando interactúes con tu superior. Es por ello que los expertos en coaching y RRHH recomiendan tomarnos un tiempo para reflexionar antes de empezar a quejarnos.
- “Estás equivocado”. Es un tremendo error señalar un error del jefe. No consiste en hacer como si nada, sino en enfocarlo desde otra perspectiva como “quizás esté equivocado, pero tengo la impresión de que esto…”. La idea es aplicar un tono cordial y que parezca que buscas ayudar.
- “No puedo”. Jamás debes decir en el trabajo que no puedes hacer algo. Dará a entender que no tienes ni voluntad ni confianza.
- “No es mi trabajo”. En las empresas se espera que los trabajadores sean flexibles y que tengan la capacidad de trabajar en equipo. Por eso, cuantas más habilidades tienes, más indispensable te vuelves. Decir que no haces algo porque “no es tu trabajo” da a entender que no vas a salir de tu rol.
- “No tengo ni idea”. Nadie espera que sepas las respuestas de todo, pero sí que tengas la voluntad de conocerlas. Antes de decir que no sabes algo, es mejor decir que vas a buscar la solución.
- “No”. Aunque en muchos aspectos de la vida, un “no” a tiempo puede ayudarnos, en el trabajo es un tremendo error. En su lugar, puedes decir “hoy es complicado porque tengo también esto. ¿Prefieres que me centre en esta tarea?”
- “Lo intentaré” aunque a veces pensamos que es una buena respuesta, imagina que tu jefe responde con un “lo intentaré” cuando quieres unos días de vacaciones…
- “Eso no es lo que oí yo”. Es mucho mejor evitar rumores. Antes de hablar, asegúrate de lo que vas a decir.
- “¿Y qué saco yo de esto?”. Es probable que te pidan ayuda desde otros departamentos. Los jefes prefieren gente que ayuda y sabe trabajar en equipo.
- “Lo siento, pero…”. Si bien es cierto que, como humanos, es común equivocarnos, es mejor decir “estaré más atento la próxima vez” o “procuraré que no vuelva a ocurrir” en vez de una disculpa seguida de una excusa…
- “Hoy tengo un mal día, seguido de una situación personal”. Todos somos humanos y como tal tenemos problemas: rupturas, problemas con amigos, discusiones familiares… Sin embargo, al trabajar debes ser capaz de dejarlo de lado y rendir en tu trabajo.
- “Lo hice lo mejor que pude”. Esta frase es, sin duda, un grave error ya que dice que has dado lo máximo de tus habilidades (y el trabajo ha salido mal).
- “Me piro de aquí”. Amenazar nunca es una buena idea. Piensa que tu jefe no va a averiguar si es verdad o farol. Quizás prefiere prescindir de ti.
- “Yo pensaba que…” Todos cometemos errores, pero debes asumirlos. El no hacerlo puede terminar con tu carrera.
- “En mi trabajo anterior lo hacíamos así”. Evita por todos los lados las comparaciones.
- “No es mi culpa, sino la de Fulanito”. Asume responsabilidades y no señales a otros.
- “El jefe anterior lo hacía mejor”. Todos los jefes piensan que su trabajo es mejor que el del anterior. A no ser que sea un error garrafal, no cuestiones. Lo mejor es que te adaptes.
- “No puedo trabajar con esta persona”. Como ya hemos visto, los jefes quieren personas colaborativas y que trabajen en equipo.
- “Hay favoritismos”. El “por qué siempre yo y no fulanito” es una actitud infantil que hará que te echen antes de lo que imaginas.
- “Estoy aburrido”. Piensa que, por muy bien que te lleves con tu jefe, no es tu amigo. Te pagan por ser productivos y que te muestres entusiasmado.
- “Quiero hablar con Recursos Humanos”. Pasar por encima de tu jefe no es nunca recomendable a no ser que vayas a hacer algo muy determinante.
- “No tengo una solución”. Es importante aportar soluciones y no problemas.
- “Estoy ocupado”. Es posible que tu jefe llegue con una urgencia a tu mesa. Si es así, pregunta si las prioridades han cambiado, ya que tu trabajo debe ir enfocado a ellas.
- “Es imposible”. Nadie quiere personas negativas en el equipo. Por tanto, si tu responsable te muestra una tarea muy complicada, escoge buenos argumentos para que se ponga en tus zapatos.
- “¿Puedo salir antes? Es que no hay mucho trabajo. Es normal salir antes de vez en cuanto, pero evita decir la coletilla “no hay mucho trabajo”. Siempre se puede avanzar y los jefes buscan iniciativa.