Ser una persona ordenada es un punto positivo para cualquier trabajador. Mantener una buena planificación en el trabajo, del mismo modo que tener un escritorio ordenado, son formas de conseguir un ambiente laboral propicio a la productividad. Pero existen muchos más motivos por los que es bueno mantener el orden en la oficina.
Mientras algunas personas tienen el don del orden desde que nacen, para otras se trata de un proceso. Aprender a tener todo bien organizado es una tarea que hay que realizar con empeño. Por eso, te dejamos unos trucos para conseguirlo.
Por qué mantener ordenada la oficina
La organización siempre tiene un resultado muy beneficioso: un trabajo más proactivo y productivo. Al tener todo bien ordenado, creamos una atmósfera donde es más cómodo y sencillo realizar cualquier tipo de tarea. La mente se encuentra más despejada y organizada y es capaz de priorizar las tareas y establecer grandes objetivos. Además, también tiene grandes beneficios personales. Por ejemplo, las personas ordenadas suelen ser más positivas, por lo que tienen grandes ideas y se encuentran en un mejor estado anímico.
Por desgracia, es bastante frecuente que los empleados tengan estrés ocasionado por el trabajo. Sin embargo, las personas que tienen el don de la organización suelen encontrar la forma de disminuir la carga laboral y no verse afectados por una carga excesiva. Además, tener bien ordenada la oficina hace que disminuya el ausentismo laboral.
Cómo mantener ordenada la oficina
Seguramente, si tienes una gran carga de trabajo, lo último en lo que pienses es en ordenar tu escritorio. Sin embargo, hacerlo te ayudará a trabajar de forma mucho más eficaz. Para poder mantener en orden tu oficina existen una serie de trucos que puedes utilizar:
- Crear listas con tareas. Una forma de conseguir una mejor organización es crear listas con tareas. De este modo, sabrás en todo momento el trabajo que tienes que realizar y podrás organizarte mucho mejor.
- Organiza el día. Si tienes organizado todo el trabajo del día, será mucho más fácil que puedas solucionar cualquier imprevisto. No permitas dejar una tarea hasta haberla terminado.
- Priorizar tareas. Piensa cuáles son las tareas más importantes o urgentes. Establecer un orden de prioridades es necesario para conseguir buenos resultados. Así, realizarás las tareas más necesarias cuanto antes, dejando aquello que puede esperar para otro momento.
- Analizar las fortalezas y debilidades. Si sabes cuáles son tus puntos débiles y los fuertes, podrás delegar tareas en otras personas para conseguir mejorar el trabajo.
- Dedica todos los días unos minutos a ordenar tu escritorio. Si todos los días organizas un poco tu lugar de trabajo, lo encontrarás idóneo a la mañana siguiente. ¡Tienes que probarlo!
Con estas simples claves, pronto empezarás a notar los resultados en la mejora del trabajo y la organización.
