De vez en cuando conviene echar la vista atrás y aunque lo duro fue abrirse camino, todo tiempo pasado no solo parece mejor sino más sencillo. Todavía me recuerdo entre cientos de papeles ideando lo que ha acabado siendo este centro de negocios.
Alquiler de despachos sí, ¿pero dónde? En aquel momento, Pozuelo, Majadahonda, Aravaca… todo me tentaba y nada acababa de convencerme.
Cuando por fin decidí que Pozuelo era la mejor opción y que no podía ser en otro lugar que en el complejo de Ática… todavía quedaba lo mejor:
La preparación de una boda o una mudanza es un paseo de rosas comparado con los cálculos, las tarifas, el buscar financiación y amueblar los despachos de lo que sería el actual centro de negocios y sobre todo, salir adelante y seguir confiando en mi idea en un momento en el que todo nuevo negocio parecía tener un claro lugar en la economía española: la caída en el abismo.
Afortunadamente, de naturaleza constante y algo cabezota, para qué negarlo, yo ya creía e imaginaba en ese entonces el actual Initia Business Center, y a pesar de los malos tragos, seguí en el empeño de no solo montar mi propia empresa sino facilitar a los demás emprendedores a hacerlo con las suyas.
A día de hoy, después de solventar todo ese tipo de dudas y trabas empresariales que le surgen a todo emprendedor, de vez en cuando echo la vista atrás, y lo cierto es que no puedo hacer otra cosa que sonreír. Como decía Robert F. Kennedy “Solo aquellos que se atreven a tener grandes fracasos terminan consiguiendo grandes éxitos”.
